La Diversificación de Barbie: Un Viaje hacia la Inclusión.

 

La Diversificación de Barbie: Un Viaje hacia la Inclusión.




Barbie, una de las muñecas más icónicas del mundo, ha sido durante décadas un reflejo de la cultura popular y una figura de referencia en el mundo del juguete. Sin embargo, su imagen ha estado tradicionalmente asociada a un estándar único de belleza: rubia, de piel clara, con una figura delgada y estilizada. Esto generó críticas a lo largo del tiempo, ya que no representaba la diversidad y la realidad de muchas personas. Afortunadamente, en los últimos años, la marca ha dado pasos importantes hacia la inclusión y la diversidad.

 El cambio hacia una Barbie más inclusiva comenzó primera Barbie negra no llegó hasta 1980; es decir, 21 años después de Ruth Handler, empresaria estadounidense que cofundó Mattel, lanzó su primera muñeca.


Su creación se gestó a partir de la presión de activistas y consumidores que demandaban una mayor representación de la diversidad racial en la línea de juguetes, por lo que fue diseñada por Kitty Black Perkins, una mujer afroamericana que se inspiró en íconos de la época como Diana Ross.

Historia de la primera Barbie negra

 La muñeca original de 1980 presentaba un tono de piel bronceado, cabello afro rizado y un estilo de moda moderno, y su llegada marcó un hito importante en la inclusión y la representación dentro del mundo de los juguetes.

A partir de ella, Mattel ha seguido expandiendo su línea con una mayor diversidad de tonos de piel, peinados y características faciales, reflejando la belleza y la variedad de la comunidad afroamericana.

 A partir de 2016, Mattel, la compañía detrás de Barbie, inició un proceso de transformación al introducir muñecas con diferentes tipos de cuerpos, tonos de piel, texturas de cabello y rasgos faciales. Esta decisión no fue solo un cambio estético, sino un reconocimiento de la necesidad de representar una mayor diversidad en los medios y productos que consumen los niños. Barbie ya no es solo una muñeca de belleza estereotipada; ahora es un símbolo de pluralidad.

Además de los cambios físicos, Barbie también ha roto barreras al incluir muñecas con discapacidades, como la Barbie en silla de ruedas o con prótesis. Estas decisiones ayudan a normalizar la diversidad funcional y envían un poderoso mensaje de inclusión a las nuevas generaciones.


La diversificación de Barbie no solo ha afectado a la industria del juguete, sino que también ha influido en los medios de comunicación. Las nuevas representaciones de Barbie han llegado a la televisión, el cine y las redes sociales, promoviendo un mensaje de empoderamiento y aceptación. La reciente película de Barbie, por ejemplo, no solo refleja la evolución estética de la muñeca, sino que también aborda temas de igualdad de género, identidad y autoaceptación.

 Esta nueva era de Barbie tiene como objetivo demostrar que no existe un único modelo de belleza, sino que todas las personas, independientemente de su aspecto físico o condición, merecen ser representadas y vistas en los medios. Al ampliar su alcance, Barbie sigue siendo relevante y ofrece un modelo positivo de diversidad e inclusión para las generaciones futuras.

 La diversificación de Barbie es más que un cambio comercial; es un paso hacia la representación justa en un mundo que está, por fin, aprendiendo a apreciar la belleza de la diferencia. Al abrirse a nuevas formas de identidad y reflejar una mayor pluralidad, Barbie sigue siendo una figura de influencia cultural que promueve un mensaje de igualdad y aceptación.

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